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Mostrando entradas de julio, 2024

Amélie Nothomb. Los nombres epicenos

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La pequeña Épicène, la niña-mujer hija del odio y de la ingenuidad, vive a la espera del momento en que se revele una verdad que conoce a golpes de intuición pero debe callar. “Me quedan siete años en esta cárcel. ¿Cómo voy a soportarlo? A modo de respuesta, un intenso frío se apoderó de ella. Existe un pez llamado celacanto que tiene el poder de extinguirse durante años si su biotopo se vuelve demasiado hostil: se deja vencer por la muerte a la espera de las condiciones para su resurrección. Sin saberlo, Épicène recurrió a la estrategia del celacanto. Cometió aquel suicidio simbólico que consiste en quedar entre paréntesis. Aquel asesinato invisible es mucho más frecuente de lo que se pueda pensar” (p. 59). Es el suicidio de los necesarios silencios radicales, de la desconexión de la vida tal y como acontece a la espera incierta pero esperanzada de que la vida patas arriba tenga un envés que habrá de acontecer. Y cuando llega, habrá de reconocerse en la vitalidad inusitada del ser.

Helene Hanff. 84, Charing Cross Road

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“Devuélveme mis ojos largamente descarriados, pues es ya mucho el tiempo que han estado  sobre ti;” (“El mensaje”, John Donne).  Me gustan este tipo de libros sobre libros que exaltan el necesario friquismo de los excelentes libreros (Frank Doel) que se forjan gracias a sus exigentes lectores (Helene Hanff). Me gustan por la forma en en ge renuevan el valor de las bibliotecas personales. Me gustan además porque ponen en relieve la solidaridad invisible    y radical que los libros propician, como ayudar, bajo la aparente excentricidad de la protagonista, a paliar los estragos de las posguerras. 

Amélie Nothomb. Barba Azul

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  Aquí otra Amélie, evocadora y magistral. El arte de novelar esta fabula se fundamenta en una re escritura en clave de humor de código político implícito, en los detalles narrativos que recrean todo lo que no se cuenta en el original y en la fabulosa inventiva de Nothomb. Barba Azul es un clásico de Perrault que, como se sabe, habla de un hombre de barba azul que no encuentra esposa (una suerte de monstruo) y que solicita de sus vecinos que dé en matrimonio a una de sus hijas. Una vez ha triunfado su ostentoso cortejo y ya casado, parte de viaje y confía    a su mujer las llaves del hogar bajo la promesa fundamental de no entrar en “el gabinete”, pero ella es incapaz de contener su curiosidad y una llave ensangrentada delata los secretos de Barba Azul. La primera moraleja de Perrault encierra un discurso que insta a la mujer a la ignorancia si quiere continuar su relación en armonía. Es decir, es preferible para la mujer aceptar al monstruo para su propio bienestar que hacerle frente.