Simone de Beauvoir. La mujer rota




 “Uno no puede responder con nada a la ausencia” (139).

Este libro se publicó en Gallimard en 1968. Testimonio de historia de tres mujeres (como Lisa Taddeo pero sin su erotismo y ruptura de los códigos). Tres vidas ¿fracasadas? Tres temas clave: el conflicto con la edad, el monólogo de la soledad resultado del egoísmo y el relato la mujer rota, protagonizado por Monique. Este último es el diario de una mujer dependiente que se descubre finalmente despojada de todo, que se siente abocada al miedo motivado por otro tipo de soledad, fruto de una entrega abnegada. Había confiado en haber consagrado su vida a construir felicidades que no estaban a su alcance ni le son devueltas en modo kármico.
Excelente exposición de la culpa. De cómo la deriva (¿se elige?) en la diferencia se considera un fracaso. La dificultad de aceptar esos fracasos (¿lo son?), las imposibles renuncias que van desvirtuando la relación entre víctima y culpable. Los entresijos narrativos que, en suma, hablan del miedo terrible a la soledad, pero también de cómo sortearla, al cabo, que es lo que ha de aprender Monique, quien habita en el recuerdo de las dulzuras perdidas y se olvida de sí. Ha de afrontar las acusaciones de mujer castradora de las libertades ajenas en la fábrica doméstica de la culpa. Y a dar un giro a lo que se considera banal.
La piedad se evidencia como crueldad en una relación de maltrato en que se ofrecen posibilidades, pese a que ambas partes las saben imposibles. Y es a partir de la conciencia que la garganta rota en realidad abre paso al cese de las pesadillas y de las reacciones a las trampas de la ira.

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