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La náusea

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  El día de su cumpleaños, aparecieron con un sobre cuidadosamente lacrado que colocaron sobre la cómoda grande del salón. Junto al sobre, un paquete del tamaño de la caja de un reloj. El envoltorio era de Shining Gifts , señal de cierta distinción. Primero llegaron sus compañeros, luego algunos familiares. La prima Carola sacó de un saquito de tul una vela con forma de tres, luego de ocho y las dispuso con exquisita gracias sobre el pastel pese a verse visto obligada a descolocar un poco una cereza. Su sonrisa mostró la aprobación a una labor aún inconclusa. Así que tomó la espátula como batuta, miró a Rafael al tiempo que dio una palmada de apertura. Cum-ple-a… comenzó con voz atenorada. Luego dibujó una ce larga como sus dedos de cuello de cisne y se sumaron al coro, con ahínco, la estridente voz de Julio, la quebradiza de Jacob, el vigoroso sonido de Amelia, la atiplada tesitura de Romeo… ños-fe-liz. Quedó claro que era un muchacho excelente con el que se podían compartir, además,

Simone de Beauvoir. La mujer rota

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  “Uno no puede responder con nada a la ausencia” (139). Este libro se publicó en Gallimard en 1968. Testimonio de historia de tres mujeres (como Lisa Taddeo pero sin su erotismo y ruptura de los códigos). Tres vidas ¿fracasadas? Tres temas clave: el conflicto con la edad, el monólogo de la soledad resultado del egoísmo y el relato la mujer rota, protagonizado por Monique. Este último es el diario de una mujer dependiente que se descubre finalmente despojada de todo, que se siente abocada al miedo motivado por otro tipo de soledad, fruto de una entrega abnegada. Había confiado en haber consagrado su vida a construir felicidades que no estaban a su alcance ni le son devueltas en modo kármico. Excelente exposición de la culpa. De cómo la deriva (¿se elige?) en la diferencia se considera un fracaso. La dificultad de aceptar esos fracasos (¿lo son?), las imposibles renuncias que van desvirtuando la relación entre víctima y culpable. Los entresijos narrativos que, en suma, hablan del miedo

Blau emblematic

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Estos días de pensar los azules he recordado esta pieza de Tapiès que había visto en un maravilloso libro que compré hace años por azar y no sin remordimientos. Azul emblemático, la llamó. Me maldije como consumista de lo innecesario y como turista-visita-fundaciones. Oh, ser que no sabe priorizar. Porque hacerse con libros para investigar, vale, ahí hay un argumento irrefutable, pero rascar la cartera por tentación estética. Ese libro, sin embargo, lo he mirado cientos de veces -por ser un libro bellísimo-. ¿Los libros de mirar quizá son más recurrentes que los que se leen? ¿O es que quizá, por formación, tenemos más memoria narrativa que visual? La síntesis demuestra que nunca hay que arrepentirse de “turistear” cuando se puede y que a veces la intuición es un valor solo calculable con el tiempo. Por cierto, se ha cumplido recientemente el centenario del nacimiento de este emblemático genio.                                                                                 Foto de la a

Hoy /Today

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Lo siento, pero hoy tengo a un personaje que no me come. ___ Sorry, but I have a character today who doesn't want to eat. 

Olga Tokarczuk. Los libros de Jacob

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“Jacob, nuestro Señor, dice: Todo aquel que busque la salvación debe hacer tres cosas: cambiar su lugar de residencia, cambiar su nombre y cambiar sus actos”. Y tal fue el destino de su secta. A las preguntas con que podemos configurar las expectativas al comienzo de la lectura acerca de Jacob: ¿es el enviado, un charlatán, un mero humano?, ¿tenía esa vocación, fue manipulado o realmente ha devenido lo que quiera que sea?, ¿es ajeno al común de los mortales o no es más que una réplica simbólica de lo que nos hace común? se llega a una enmarañada conciencia de que tras la búsqueda del conocimiento se esconden los mayores sortilegios políticos. “Los libros de Jacob” es un capítulo de la historia de los pogromos, una ficción histórica sobre cómo aconteció el frankismo en la compleja Polonia: la Cuestión polaca, tras la muerte de Augusto III, las religiones a medio hacer, las mixturas lingüísticas -el inglés aún no era una lengua que aprender-. Nos da para pensar qué hace a un líder, si e

Clara Obligado. La hija de Marx

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“¿Por qué iba a ser pecado abandonarse al propio corazón? Es cuando uno ya no puede amar cuando debería llorar por sí mismo y abochornarse por haber dejado extinguir el fuego sagrado” (refiere a George Sand). Excelente narrativa, sin duda. De un erotismo escandaloso o no, según quien lea. Son frecuentes los cantos al onanismo, ayudado por artilugios históricos, descritos como “muy bellos y antiguos: los hay japoneses de marfil, de ajado terciopelo rosa, orientales, de cristal veneciano“; artilugios estos heredados por Nat, hija de Annushka, hija a su vez de Natalia Pretrovna y Karl Marx. La sexualidad se narra desde una percepción femenina, por boca de mujeres que anticipan un nuevo tiempo en que no esconden sus necesidades, no tanto del hecho cuanto de la forma. Sin embargo, la educación sexual de la protagonista, Annushka, proviene de los bizarros (o inmorales) métodos de un hombre, Ivan Dolgorurov (Papesha): “Lo que constituye adulterio no son las horas que la mujer dedica a su aman

Aforismo /Aphorism

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  Rebelión de la fantasía: imaginar la decepción.  — — —  Fantasy rebellion: imagining disappointment.                                                        Foto de la autora / Photo by the author

Tú /You

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 Aturdido tú en tu papel, yo en mi flaqueza. Leí la trampa y leí que me leíste esa certeza. Stunned you in your role, I in my weakness. I read the trap and I read that you read me that certainty.

Brenda Navarro. Ceniza en la boca

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  En los últimos tiempos estoy viendo a las voces americanas del centro-sur canular las venas abiertas donde se desterritorializan las expectativas e incluso el propio concepto de prosperidad, se desnudan las maldiciones e idealizaciones domésticas, como en Mandíbula, de Mónica Ojeda, que hace zoom en las fauces de las madres cocodrilo. “¿Ahora ya entiendes que lo peor no es la muerte o te vas a esperar a desaparecer para saberlo?” es la gran pregunta que se plantea en la obra de Brenda Navarro, y posiblemente la cuestión que le confiere una dimensión de lo político en medio de la narración de vidas comunes. Elegir entre el cuidado o el autocuidado para el cuidado, entre jugársela a no ser ideales pero sí resistentes, como la madre de la narradora sin nombre de Ceniza en la boca. “Todas quieren ser más y ni siquiera saben ser menos”, se dice ella, que quiere y no quiere ser como las primas comunitarias que salen de México y que se arropan para sobrevivir en las grandes ciudades dond

Ezra Claytan. Upgrade soul

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Ciencia ficción sobre ciencia. “Upgrade soul” pertenece al género del horror corporal que abre un debate bioético sobre la condición humana: ¿memoria, cuerpo, alma, frecuencia? También sobre la esencia de la identidad. Es dura y desconcertante. El juego narrativo parte de un experimento científico cuyo resultado será una suerte de ilusión de dobles o Síndrome de Doppelgänger. Magnífica e inspiradora de reflexiones sobre los límites.

Breve: claro oscuro

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 Una canción de esperanza: uno no pierde lo que no alcanza. Relato de desasosiego: se encapricharon en demostrar que era caprichosa, hasta convertirla. ¨¨ A song of hope: one does not lose what one cannot reach. A tale of uneasiness: they became infatuated with proving that she was capricious, until they converted her.

Me regalo una rosa

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                                                             Imagen de la autora Hay cola, tanta como antes de los despidos masivos y del imperativo irrefutable de los autoservicios en línea. Decían que se acabarían las esperas, pero algunas operaciones no pueden hacerse desde casa. Hay, además, quienes aún no saben autogestionarse y apenas hay un empleado para cuatro ventanillas cuyos mostradores han quedado como reliquias de los viejos tiempos de servicios humanos. También hay dos despachos para cargos que trabajan a puerta abierta para aparentar transparencia, urdiendo su narices tras el móvil y las series de documentos impresos con ritmo oficinesco: se sienta, la uña hace clic clic clic, se levanta, recoge unos papeles, los lee con altura de presbicia, los escanea, se sienta, la uña hace clic clic clic, responde al teléfono, se levanta con teléfono en mano, recoge torpemente unos papeles, los lee, se sienta. Quedan, al menos, asientos libres porque hay quienes consideran que de p

Laetitia Colombani. La trenza

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  “…Simone, hay un gran misterio en el bosque de tu pelo”. Rémy de Gourmont. Se dice que el cabello ha sido símbolo de poder, de posición social. También es un reloj que marca el paso de los meses o de una etapa de la vida, cuando efectivamente, la preciosa advertencia del poeta Garcilaso se hace acto y el tiempo airado cubre de nieve nuestras altas cumbres. Las lecturas de un buen trasquilado son muy particulares, desde desproveer a alguien de su fuerza hasta el cese de sus derechos o estatus, como cuentan los mitos. También están aquellas históricas transformistas que, para sobrevivir, actuar, escribir o ejercer algunos oficios, ocultaban su feminidad con un buen corte masculino y sombrero, por no hablar de toda una historia de las pelucas. Trenzar proviene de latín “trinitiare”, es decir, ‘tres’. Tres hilos con que Laetitia Colombani teje tres historias que como vidas cruzadas convergen hacia el final. Un libro sencillo, de narrativa ágil y sobria, que abre tres ventanas

Rudyard Kipling. La historia más bella del mundo

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  “Cuando desciende sobre el Atlántico el gigantesco Huracán del Equinnoccio”. No tengo claro -aunque tiendo a su afirmación- si los Cuentos de la Selva de Disney edulcoraron el imperialismo, si bien en esa narrativa entre la fábula y el relato también recuerdo leer cierta resistencia. No tanto así puede maquillarse el paternalismo y defensa imperial en el poema “The White Man´s Burden”, que es un texto fundamental sobre el tema. La historia más bella del mundo, de Rudyard Kipling no escapa de estas líneas. Con todo, las breves reflexiones sobre qué hace a un escritor no dejan de ser interesantes. La búsqueda de una historia que escribir y la búsqueda incómoda sobre ómo contarla. Los versos blancos de Charlie: ¿no nos dejaréis nunca en libertad? en el regazo humorístico de la metempsicosis y los oscuros entresijos de la memoria.

Juan Mayorga. El chico de la última fila

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M ayorga, el inquietante. Como el propio autor plantea respecto de este drama, “es una obra sobre maestros y discípulos; sobre padres e hijos; sobre personas que ya han visto demasiado y personas que están aprendiendo a mirar. Una obra sobre el placer de asomarse a las vidas ajenas y sobre los riesgos de confundir vida y literatura. Una obra sobre los que eligen la última fila: aquella desde la que se ve todas las demás”. Hace algún tiempo vi Intensamente azules y El mago, y evidentemente resulta fascinante, en aquellas como en esta, su destreza en la búsqueda de perspectivas. Carlos Thiebaut, en el epílogo de El chico de la última fila, “Los cinco intentos de interpretación…”, sugiere como claves de análisis para sus interpretaciones: a. El enseñar y el poder; b. El juego de la vida y la tragedia; c. Representar la performatividad; d. El poder central de los márgenes; y f. La tercera figura y su escucha.

Revoluciones / revoluciones

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  Había sido un auténtico revolucionario. No del tipo de los activistas de la cooperativa de éticos que habían sido capaces de  desnudarse en los congresos mientras mordían las leyes que los trajeados violaban tras jurar sobre las biblias; no del tipo de exigir comisiones de investigación contra la corrupción o de manifestarse públicamente en las calles. No hubiera podido formar parte del grupo pero tampoco comulgaba con el principio que dice la ley es la ley y nada hay por encima de la ley.  Era un antiguo, no tanto porque no se supiera adaptar a los avances de la técnica sino porque   era incapaz de renunciar a la idea de leer libros largos y enteros, a pesar de saber que algunos, en otras épocas, habían matado en nombre de las ideas. Sin llegar a posiciones extremistas, sí que pensaba que por encima de la ley estaba la legitimidad. Acaso lo aceptaban los de la cooperativa de la moneda, que lo usaban como modelo de figura pudiente y sensible, es decir, para perfumar el olor a podrido

Cantan /They sing

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 Ahora arguyen algo así como kafkianamente, que el cambio debía ser gradual, que de haber sido súbito no hubiera sido resistible; -¿por mí, por ellos?-. Cantan los que poco a poco van cavando mi tumba. Equidna liberada. ___ Now they argue somewhat Kafkaesque, that the change had to be made gradually, that if it had been sudden it would not have been withstandable; -for me, for them?, sing those who little by little are digging my grave. Echidna liberated.                                                                                 Viñeta de la autora. Cartoon by the author.

Ricardo Silva Romero. Zoológico humano

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  Zoológico humano nos ofrece una cosmo mirada que va focalizando las transescenas particulares de la vida. Un viaje a la duda entre abundantes referencias históricas y literarias, pero tomadas como por azar, pues creo que trata de mostrar, más bien, la repetición antes que la diferencia. «¿Armar recorridos por el Tibet de 2050, por la Nueva York de 1982, por la Luna de 1972, por el valle del Somme de 1916, por el París de 1851, por la Lisboa de 1755, por la Santa Fe de Bogotá de 1687?». Es sobre todo, una novela de la muerte, sin sangre, como toda la violencia que se denuncia. Tras una narrativa aparentemente cotidiana queda en entredicho el sentido de nuestras vidas paródicas y el reto a interpretarnos como cómicos o dramáticos, a la altura de nuestro talento dramatúrgico. ¿Estás listo para morir? ¿Pero está valiendo la pena vivir?, pregunta un ángel o un demonio antes del juicio. Destaco de la novela la exótica esencia de los seis personajes principales y cómo van calando en una inv