Fragua

 

       Imagen de la autora 


Su boca se abrió grande y redonda y 

lamió las estrellas

del cielo de su boca 

y comprobó que vagaban sobre las tibias montañas que se cruzaban tibias. 

De aquellas noches quiso.

Que no. Porque el deseo es fluctuante, 

pero la responsabilidad es definitiva, -oyó, 

o quizá le asustara aquella pobreza inenarrable. 

Alguien te versionará

como tú has versionado.

Bosqueja los sueños y deseos

hasta alcanzar el imperfecto palimpsesto

con que fraguar su lucha.

Nada más sombrío  que una mariposa obstinada en ser águila.



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